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El anciano de iglesia
Descripción del ministerio para líderes de iglesias locales
Introducción
Dios ordena que la iglesia sea una fraternidad con un propósito en común; que continuamente crezca en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios. Pablo describe la iglesia como “su cuerpo, la plenitud de aquel que todo lo llena en todo” (Efe. 1:23).
Dios nos llama a ser parte de Su cuerpo con el propósito de establecer una relación salvadora con Él y entrar en comunión el uno con el otro. El Espíritu Santo trae convicción a nuestras mentes, nos lleva al arrepentimiento, y nos coloca dentro de Su iglesia.
El bautismo es señal de nuestra entrada al cuerpo de Cristo y simboliza la posesión del Espíritu Santo en el nuevo discípulo. “Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios” (Juan 3:5). El Espíritu Santo es la fuerza vital de la iglesia. Cuando aceptamos a Cristo, el Espíritu Santo, que nos llevó al arrepentimiento, nos prepara también para el servicio.
El servicio que la iglesia local presta a los que la rodean es una expresión del amor de Cristo hacia el mundo. Representa el cuerpo de Cristo suministrando a las necesidades del mundo y, bajo la dirección del Espíritu Santo, funciona como una agencia de salvación. Así, la iglesia es un cuerpo de servicio. Creada para el servicio, sirve al Señor con amor y alabanzas, y al mundo en humildad. “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (Efe. 2:10).
Cada miembro de iglesia es llamado a ministrar. La iglesia es un reino de sacerdotes redimidos para ministrar en nombre de Cristo. La responsabilidad nuestra es de servir nos los unos a los otros como hermanos en Cristo y al mundo. El anciano, como todos los oficiales de la iglesia, es un siervo ministrante de Dios. Cada creyente cristiano es llamado al ministerio, por medio del Espíritu Santo concedido dones espirituales, y por el bautismo ungido para desempeñar su ministerio. (Efe. 4:11-12).
Fue durante la edad media que se distinguió al clero como un elemento superior a los miembros comunes. En cambio, el concepto bíblico del laico incluye a todos los creyentes como ministros. A la iglesia actual le falta todavía aplicar en forma global este concepto. Debe percibir la obra del anciano como un ministerio al cual Dios llama a ciertas personas. Es la voluntad de Dios actuando por medio de su vida.
Las responsabilidades del anciano de iglesia
Aunque puede variar de iglesia en iglesia, en general esta responsabilidad incluye los siguientes componentes:
Responsabilidades en la iglesia local. Corporación de la División Norteamericana de los Adventistas del Séptimo día. © 1997, Edición 2017. Se otorga permiso para reproducir para el uso no comercial de la iglesia local.